Tiene mucho tiempo que no les escribo, y he extrañado esto.
Pero ¿qué les cuento? ¡Estoy más que feliz! Y es que en estos días he subido y bajado como loco, para que mi evaluación médica esté correcta y pueda enviar mi solicitud para servir en una misión.
Espero que el día de mañana pueda enviarlos, y luego, a esperar una respuesta. ESTOY EMOCIONADO.
Quizá muchos de ustedes, cuando ven a misioneros mormones, simplemente piensen que los obligan para dejar sus casas y salir a predicar, o que les pagan, o es una tarea sencilla. Pero realmente sé que es una tarea dura, y que todos los misioneros que sirven en tiempo completo lo hacen con todo su amor, y que han sacrificado muchas cosas para poder compartir el Evangelio Restaurado. Y lo sé porque lo estoy viviendo.
Para empezar, tuve que esperar un determinado tiempo para demostrar con mi constancia el compromiso que tengo hacía la Iglesia. Posteriormente tuve una "entrevista" con mi Obispo, en donde lo más importante es conocer la dignidad del candidato a misionero, así es, LA DIGNIDAD, porque se necesita y mucha cuando representas al Señor Jesucristo.
Aprobada mi entrevista comencé a llenar los papeles. Y llegó una parte un poco complicada: la evaluación médica, pues yo mismo tuve que costear los análisis y radiografías, así como consultas médicas, para poder hacer constar que tengo buena salud y no tendré problemas mientras esté sirviendo. Agradezco inmensamente a mis familiares que me facilitaron muchaaaaaaas cosas en cuanto a la evaluación médica.
Ahora debo imprimir algunos formularios, y llevarlos con el Obispo para poder enviarlos a las oficinas de la Iglesia.
En este tiempo también he estado trabajando un poco, pues, por si no lo sabían, el misionero debe pagar su misión.
Estudiar el libro "Predicad mi Evangelio", leer el Libro de Mormón, La Biblia, y asistir a la Iglesia y las clases que en las reuniones se imparten es parte de la preparación.
Y todo esto que comparto no lo hago de manera obligada, o de mala gana, ni reprochando nada. Al contrario, agradezco a mi Padre Celestial la oportunidad que me da de preparar todo lo necesario para trabajar en Su obra.
Les pido me tengan presente en sus oraciones para que mi llamamiento llegué, y pronto.
AHHHHHHHH... por cierto, cuando vean a misioneros en la calle, piensen en todo el sacrificio que han hecho, y siguen haciendo por compartir éste hermoso mensaje. y después de reflexionar al respecto acepten hablar con ellos, su único propósito es ayudarnos a acercarnos más al Salvador.
Testifico que esta es la Iglesia del Señor, que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única Iglesia viviente y verdadera en la que el Señor esta bien complacido. La obra misional es inspirada por Dios, y los misioneros son representantes de Jesucristo en estos tiempo. El Salvador nos ama, y quiere que le veamos, le abracemos y vivamos en eterna felicidad con Él algún día.
Con amor, en el nombre de Jesús, amén.
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